No sé de futbol, solo soy un hincha más de aquellos que
vieron el partido de Colombia – Brasil del mundial 2014; pero vengo de una
generación acostumbrada a ver perder a la selección, no lo tome nadie a mal,
pero cuando veíamos un partido de Colombia siempre teníamos que aguantar el
fastidioso comentario (pá saber que van a perder) - nuestra sociedad vivía un ambiente pesimista,
vimos cómo se levantó la generación del pibe, un equipo fuerte que era capaz de
enfrentar a cualquier selección pero incapaz de cambiar el pensamiento de una
sociedad abatida por el dolor y la decepción.
Recuerdo que el triunfo de Colombia contra Argentina en el
mítico 5 a 0, fue el comienzo de una nueva mentalidad, comenzamos a creer que
todo podía ser diferente y hasta el mismo Pele nos llenaba de hidrógeno los
sueños y volamos sin encontrar techo, tanto así que ya nos creíamos campeones
mundiales y todo el mundo nos parecía pequeño.Pero llegaron estas palabras (Perder es ganar un poco) y era
verdad, perdimos y se dieron hechos penosos como la muerte de Andrés Escobar,
en ese momento entramos en un remolino donde la selección nos enseñó a perder y
como se aprende en la vida maduramos a golpes.
En ese momento perdimos la humanidad, nos convertimos en
victimarios - aprendimos que el fútbol podía
sacar también lo peor de una persona y mostrarnos la degradación social de
nuestro pueblo. Dejamos ese mal paso atrás, miramos adelante con el dolor y la
ausencia de uno de nuestros ídolos convertido en monstruo y sacrificado después.
Ahora tenemos una Selección Colombia que tiene mucho más de
lo que estamos acostumbrados a ver, antes sentíamos el miedo de enfrentar unas
eliminatorias, ahora las esperamos con ansiedad de ver las jugadas de James,
los amagues de Cuadrado y el trabajo de un grupo de amigos jugando en una
cancha de fútbol (el buen fútbol llego a Colombia otra vez).
Ahora es más interesante ver como la Selección juega, no
solo esperando un milagroso resultado, hemos madurado ya no estamos esperando
ver un marcador ganador, ahora nos maravillamos con un equipo que muestra un
bello espectáculo y pues también logrando grandes hazañas; lo mejor de todo
recibimos a la selección como héroes, estimamos a este grupo de personas que
nos enseñaron a tener humildad, a tener respeto por los rivales demostrando su
profesionalismo.
Hoy las generaciones de niños tienen ejemplos claros, en los
cuales la sociedad colombiana está enseñándoles que se debe tener amor y
respeto por las personas que logran vencer el abandonó estatal, gente que solo
trae buenas noticias y nos muestran como los grandes triunfos nacen primero en
el corazón, nos están cambiando el ambiente pesimista o triunfalista que
teníamos, donde exigíamos grandes resultados y todo estaba mal, si la selección
ganaba o perdía. Pero días después de ver como por hechos muy desafortunados salía
Colombia del mundial; todos sentimos que nos robaron un partido (y hablo con el
corazón no con sabiduría), logramos entender que la alegría posterior a ese día
era superior a la “derrota” y alegres aprendimos a celebrar también cuando
perdemos.
Después cuando Alemania goleaba a Brasil, de inmediato se
llenaron las redes sociales con comentarios fuertes, humillantes y en ocasiones
irrespetuosos en contra de la Selección y el pueblo Brasilero.
Todos los que sentimos el
(robo del partido a Colombia) pensamos que se había hecho justicia y
aunque algunos comentarios y representaciones graficas de este hecho fueron creativos,
originales y graciosos otros me hacen ahora pensar que ganamos más cuando perdimos
contra Brasil pues:
-
Perdiendo sentimos a este nuevo equipo como un
grupo de guerreros que se merecen todo el apoyo y el reconocimiento por su
trabajo.
-
Aprendimos que los Colombianos bien dirigidos
somos una fuerza arrolladora, no solo Pekerman, también los equipos europeos que
han formado los mejores jugadores que tiene la Selección en este momento,
demuestran que nos falta dirección y liderazgo para lograr vencer cualquier
reto.
-
Logramos unirnos como país, enfocándonos en un
solo objetivo y las redes sociales se convirtieron en una herramienta efectiva
para sentir, dirigir y mostrar el ambiente y pensamiento de Colombia.
-
Tenemos un grupo de personas que dan ejemplo a
una nueva generación de colombianos, un grupo que no tiene la sombra del
narcotráfico ni dan la mala cara del país en el exterior, son ejemplo de
disciplina y orden.
Ahora que eso es lo bueno pero si
ponemos un escenario diferente, en el cual Colombia vence a Brasil, me quedan
dudas de lo que puede pasar no solo en nuestro país, ver como después de la
derrota con Alemania, Brasil dejo de ser el país más feliz del mundo, unos
pocos lograron aguar la fiesta del mundial - actos vandálicos y quema de
banderas me hacen reflexionar y ver que latinoamerica lastimosamente está
mostrando una realidad social preocupante.
Nos falta educación, cultura; sobre
todo nos falta entender que un partido de fútbol debe unirnos como seres
humanos, no convertirnos en maquinas vengadoras, tenemos que comprender que la
pasión y la emoción se dejan en las canchas, en ningún caso de los estadios
deben salir rencores ni supuestos justicieros (Lo que no se logra en la cancha
nunca se logrará fuera de ella) en mi opinión el fútbol no es excusa para dañar
a nadie en ninguna forma.
Ver los hechos de vandalismo en
Brasil, ver como en Bogotá se imponen medidas restrictivas a la celebración… demuestra que debemos avanzar aprender a celebrar
cuando se gana, aprender a celebrar también cuando se pierde, volver a abrazar
al contrario, ser más que un color o una camiseta, respetar al rival hasta el
final y comprender que al final del partido todo quedo en la cancha; fuera de
ella el papel del hincha es hacer crecer al fútbol, aprendimos a procesar una
derrota como un triunfo y en el mejor de mis deseos espero que el día que
llegue el triunfo (lo cual está muy cerca) - nos acostumbremos a celebrar los
triunfos sin olvidar celebrar las también derrotas.
Por eso creo que nos falta todavía
crecer para poder ganar y hoy perdiendo ganamos más.
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