viernes, 28 de marzo de 2014

Volumen 1

Despiertas cada mañana, día a día más temprano; pues el tráfico de la ciudad es peor y necesitas llegar a tiempo.  Buscas una taza de café para llenarte de ánimo, la tomas entre dormido aún y corres, en tu cabeza gira pendiente el pago de los servicios públicos, el cambio de aceite… “juemadre” la administración del edificio. Entras en el tráfico, escuchas las noticias pero al final ni prestas atención porque recuerdas el cumpleaños del idiota de recursos humanos (toca regalarle algo- piensas)…  además tiemblas solo de imaginarte soportando una hora comiendo ponqué, escuchando estupideces y perdiendo el tiempo que necesitas para terminar ese informe.

Llegas a la oficina y te pegas a la pantalla del computador mientras respiras la mezcla de perfume, crema de manos, lociones y ese hedor a limpiador de pisos. Revisas mil correos, cada vez más trabajo a medias… correcciones… trabajo de otros por corregir… 

Hoy no hay almuerzo. Pasas de largo hasta el momento de la celebración del idiota de recursos humanos. Al final… no vas porque tienes mucho trabajo, tu novia llama, tienes que cortar rápido la llamada, estás muy ocupado para descifrar qué quiere. Tomas tu quinto café del día, “mierda” recuerdas- hoy cumples meses con tu novia, lo habías olvidado y lo peor es tomar la decisión entre hacerte el pendejo, que piense que se te olvido la fecha, aguantar la cantaleta o decirle que tienes preparada una celebración para fin de semana convenciéndola que eres el más tierno; hoy sales tarde de la oficina y trabajas en la noche para completar ese “trabajo tan urgente” (palabras de tu jefe).

Entras al apartamento, asaltas la nevera… no hubo tiempo para hacer mercado, tomas dos rebanadas de pan, mayonesa y dos tajadas de jamón bajo en colesterol porque debes cuidar tu nutrición, un vaso con gaseosa ya sin gas. Mientras dejas listo el portátil para continuar con el maldito  informe llamas a tu novia; pero ya está dormida. miéeeercoles… media noche y no has hecho nada, corres, buscas datos, pasas escribiendo hasta las 3 de la madrugada cuando ya el cansancio te vence, apagas el computador en ese acto de rebeldía tardía pero igual (vas a trabajar el fin de semana).

Llegas a tu cama, no tienes fuerza para ponerte la ropa de dormir, miras tus pies mientras desamarras los zapatos y en ese momento piensas en lo buen profesional que eres, de seguro pronto alcanzarás el éxito en tu vida porque este es el camino.

Pasa todo el año pasan todos los años y cada vez te superas más…

En este escrito no se incluyen relaciones personales como amistades, relaciones familiares o amorosas, ni hay momentos felices, risas o llantos, no vez un pasado ni un fin, no hay sabores o colores, no parece una vida, solo es una historia incompleta y no es la tuya… 

¿cierto?