jueves, 10 de julio de 2014

Gano Colombia cuando perdió la selección.

No sé de futbol, solo soy un hincha más de aquellos que vieron el partido de Colombia – Brasil del mundial 2014; pero vengo de una generación acostumbrada a ver perder a la selección, no lo tome nadie a mal, pero cuando veíamos un partido de Colombia siempre teníamos que aguantar el fastidioso comentario (pá saber que van a perder) -  nuestra sociedad vivía un ambiente pesimista, vimos cómo se levantó la generación del pibe, un equipo fuerte que era capaz de enfrentar a cualquier selección pero incapaz de cambiar el pensamiento de una sociedad abatida por el dolor y la decepción.

Recuerdo que el triunfo de Colombia contra Argentina en el mítico 5 a 0, fue el comienzo de una nueva mentalidad, comenzamos a creer que todo podía ser diferente y hasta el mismo Pele nos llenaba de hidrógeno los sueños y volamos sin encontrar techo, tanto así que ya nos creíamos campeones mundiales y todo el mundo nos parecía pequeño.Pero llegaron estas palabras (Perder es ganar un poco) y era verdad, perdimos y se dieron hechos penosos como la muerte de Andrés Escobar, en ese momento entramos en un remolino donde la selección nos enseñó a perder y como se aprende en la vida maduramos a golpes.

En ese momento perdimos la humanidad, nos convertimos en victimarios -  aprendimos que el fútbol podía sacar también lo peor de una persona y mostrarnos la degradación social de nuestro pueblo. Dejamos ese mal paso atrás, miramos adelante con el dolor y la ausencia de uno de nuestros ídolos convertido en monstruo y sacrificado después.

Ahora tenemos una Selección Colombia que tiene mucho más de lo que estamos acostumbrados a ver, antes sentíamos el miedo de enfrentar unas eliminatorias, ahora las esperamos con ansiedad de ver las jugadas de James, los amagues de Cuadrado y el trabajo de un grupo de amigos jugando en una cancha de fútbol (el buen fútbol llego a Colombia otra vez).

Ahora es más interesante ver como la Selección juega, no solo esperando un milagroso resultado, hemos madurado ya no estamos esperando ver un marcador ganador, ahora nos maravillamos con un equipo que muestra un bello espectáculo y pues también logrando grandes hazañas; lo mejor de todo recibimos a la selección como héroes, estimamos a este grupo de personas que nos enseñaron a tener humildad, a tener respeto por los rivales demostrando su profesionalismo.

Hoy las generaciones de niños tienen ejemplos claros, en los cuales la sociedad colombiana está enseñándoles que se debe tener amor y respeto por las personas que logran vencer el abandonó estatal, gente que solo trae buenas noticias y nos muestran como los grandes triunfos nacen primero en el corazón, nos están cambiando el ambiente pesimista o triunfalista que teníamos, donde exigíamos grandes resultados y todo estaba mal, si la selección ganaba o perdía. Pero días después de ver como por hechos muy desafortunados salía Colombia del mundial; todos sentimos que nos robaron un partido (y hablo con el corazón no con sabiduría), logramos entender que la alegría posterior a ese día era superior a la “derrota” y alegres aprendimos a celebrar también cuando perdemos.

Después cuando  Alemania goleaba a Brasil, de inmediato se llenaron las redes sociales con comentarios fuertes, humillantes y en ocasiones irrespetuosos en contra de la Selección y el pueblo Brasilero.
Todos los que sentimos el  (robo del partido a Colombia) pensamos que se había hecho justicia y aunque algunos comentarios y representaciones graficas de este hecho fueron creativos, originales y graciosos otros me hacen ahora pensar que ganamos más cuando perdimos contra Brasil pues:
-          Perdiendo sentimos a este nuevo equipo como un grupo de guerreros que se merecen todo el apoyo y el reconocimiento por su trabajo.

-          Aprendimos que los Colombianos bien dirigidos somos una fuerza arrolladora, no solo Pekerman, también los equipos europeos que han formado los mejores jugadores que tiene la Selección en este momento, demuestran que nos falta dirección y liderazgo para lograr vencer cualquier reto.

-          Logramos unirnos como país, enfocándonos en un solo objetivo y las redes sociales se convirtieron en una herramienta efectiva para sentir, dirigir y mostrar el ambiente y pensamiento de Colombia.
-          Tenemos un grupo de personas que dan ejemplo a una nueva generación de colombianos, un grupo que no tiene la sombra del narcotráfico ni dan la mala cara del país en el exterior, son ejemplo de disciplina y orden.

Ahora que eso es lo bueno pero si ponemos un escenario diferente, en el cual Colombia vence a Brasil, me quedan dudas de lo que puede pasar no solo en nuestro país, ver como después de la derrota con Alemania, Brasil dejo de ser el país más feliz del mundo, unos pocos lograron aguar la fiesta del mundial - actos vandálicos y quema de banderas me hacen reflexionar y ver que latinoamerica lastimosamente está mostrando una realidad social preocupante.

Nos falta educación, cultura; sobre todo nos falta entender que un partido de fútbol debe unirnos como seres humanos, no convertirnos en maquinas vengadoras, tenemos que comprender que la pasión y la emoción se dejan en las canchas, en ningún caso de los estadios deben salir rencores ni supuestos justicieros (Lo que no se logra en la cancha nunca se logrará fuera de ella) en mi opinión el fútbol no es excusa para dañar a nadie en ninguna forma.

Ver los hechos de vandalismo en Brasil, ver como en Bogotá se imponen medidas restrictivas a la celebración…  demuestra que debemos avanzar aprender a celebrar cuando se gana, aprender a celebrar también cuando se pierde, volver a abrazar al contrario, ser más que un color o una camiseta, respetar al rival hasta el final y comprender que al final del partido todo quedo en la cancha; fuera de ella el papel del hincha es hacer crecer al fútbol, aprendimos a procesar una derrota como un triunfo y en el mejor de mis deseos espero que el día que llegue el triunfo (lo cual está muy cerca) - nos acostumbremos a celebrar los triunfos sin olvidar celebrar las también derrotas.


Por eso creo que nos falta todavía crecer para poder ganar y hoy perdiendo ganamos más.