Hace muchos días no escribía, la mayoría de mis escritos
guardan la esperanza de algo mejor que vendrá y me gusta dejar algo para
pensar; pero hoy no es una de esas oportunidades en las que mi escrito saldrá
de mi creatividad con esos fines.
Hoy una confesión hace que escriba y tal vez de esta forma
pueda dejar un testimonio de una persona normal, un colombiano del común que se
ve inmerso en una guerra de la cual no tenía bando ni conciencia de su
existencia.
El 6 de noviembre de 1.985 yo tenía siete años de edad, era
un día común sin mayores sobresaltos, era medio día… jugaba en el patio de la
casa en el barrio la estrada, donde vivian mis tíos y mis abuelos por parte de
mi padre, como cualquier niño mis mayores preocupaciones eran las
calificaciones de la escuela y jugar con mi Batman articulado; cuando de pronto
veo a todos en la casa correr a la sala donde se encuentra el televisor, llego
con mi Batman en la mano agitado por correr desde el patio, solo recuerdo una
habitación con piso de tablado caoba, muchas voces sobresaltadas a mi alrededor
mientras veo la pantalla del televisor.
Inexplicablemente por más que busco en mis recuerdos todo me
bloquea, no recuerdo quienes estaban conmigo, solo recuerdo las imágenes del
noticiero del medio día – veo el palacio de justicia, desconocido para mi hasta
ese día, soldados disparando y un montón de comentarios… rápidamente pensé que
estaban pasando una película - ¿en el noticiero una película? Vuelvo y escucho
la voz de mi tío diciendo - se metieron al palacio.
De pronto comienzo a poner más atención, veo como una
tanqueta del ejército tumba la puerta del edificio y varios militares no paran
de disparar, aunque muchas cosas son confusas me preocupo, siento que algo muy
malo está pasando - siempre de niño soñé con ser un super héroe creía en ellos
y ese día espere por uno, pasaba el tiempo las imágenes eran cada vez más
preocupantes mientras mis tíos y mi mamá trataban de explicarme lo que pasaba.
Paso algo que desde ese día no he podido comprender,
comenzaron a trasmitir un partido de fútbol, hasta donde yo entendí lo que me
explicaron – ¡había gente muriendo en la toma del palacio de justicia! ¿Cómo es
posible que pasen por televisión nacional un partido de fútbol y no podamos
saber más sobre lo que está pasando? Nadie aun me ha dado una respuesta.
Al otro día solo quería saber que había pasado, todo era
confuso – había una guerra en frete mío mi cabeza daba vueltas llena de
preguntas y nadie podía responder, con asombro en los noticieros vi como una tanqueta disparaba sin compasión
al edificio que supuestamente estaba reservado para la ley y la justicia, en
ese momento deje de creer.
Desde ese momento vi como era masacrada mi esperanza en un
mundo donde se respete la ley y la justicia verdadera, no la justicia amañada
de abogados defensores de bandidos y jueces corruptos que encierran inocentes;
después de ese día, año tras año he visto el llanto de los familiares de las
víctimas de ese holocausto.
Mis ojos se abrieron encontrando un mundo muy diferente al
que tenía en mis sueños, desde ese momento fui viendo caer mis esperanzas por
un lugar donde poder vivir y se me han ido acumulando los muertos de
otros… los del palacio, Rodrigo Lara, Jaime
Pardo Leal, Alvaro Gómez Hurtado, Luis Carlos Galán, Jaime Garzón…
Miles y miles de campesinos, soldados y personas caídas por
bombas del narcotráfico o desaparecidos por fuerzas del estado… han hecho que
mi mente se parta, ya cuento décadas de impunidad, viendo como nunca nadie
tiene justicia, los padres, madres, hijos y hermanos – se convierten en una
cifra más.
Llevo 30 años esperando un cambio, buscando una luz que me
haga pensar que algún día el dolor va a terminar pero lo único que veo es como
el olvido se va tomando el país, los dolientes van muriendo sin saber porque
les arrebataron a sus seres queridos. Mientras me retuerce el alma cuando escucho a la gente
diciendo… que es mejor no enterarse de
la realidad, porque así pueden vivir tranquilos.
Guardo el más profundo respeto por las víctimas, familiares
y amigos de quienes han muerto antes de tiempo, ni el tiempo ha sanado el dolor
de su ausencia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario